domingo, 4 de julio de 2010

A Conquistar Esa Mujer



Pinta de turrita, de putita bien cojida, con movimientos marcados y mirada fija. A pesar de sus ojeras y sus pelos desarreglados, su carita angelical no se pierde, nada podrá arruinar su perfección.

En cada uno de sus movimientos veo una invitación, una provocación, su mirada me llama, sus botas me la agitan, y esas piernas, ¡ay! ¿Que decir de esas piernas?

Las estaciones pasan y no puedo sacarla de la mira, siento estar solos y quiero arrancar, sus ojos me apuntan y no se que hacer. Todo parece tan fácil, pero es tan difícil.

Lentamente se levanta, mis ilusiones se vuelan como arena seca en plena tempestad (otra derrota), amaga a una puerta y parece dirigirse a la otra, me siento al costado de una pasarela y ella desfilando solo para mí. Quedo embobado como perro hambriento viendo pasar un bife de lado a lado. Lo pienso una y otra vez, y al fin me doy el “si”: ma que paseo la plaza ni paseo la plaza, yo me bajo en el abasto a conquistar a esa mujer.

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