martes, 30 de diciembre de 2008

Tres y Cero


Treinta balas, treinta estados de ánimos, treinta luces sofocantes, treinta abrazos sin sentido, treinta besos mal dados, treinta frases iguales, treinta menos, treinta más, treinta.
Treinta fichas en on, treinta lugares que nunca encontré, treinta risas, treinta noches sin dormir, treinta piletas por la mitad, treinta lobos, treinta venas vacías, treinta llenas, treinta.
Treinta jugadas, treinta enigmas, treinta cuerdas, treinta números, treinta cortes, treinta treintas, treinta hormigas, treinta zapatos embarrados, treinta cámaras, treinta flashes, treinta.
Treinta peregrinos, treinta locos bien atados, treinta peinados, treinta canciones, treinta cigarros, treinta vaquitas de San Antonio, treinta lunas, treinta de mano, treinta de pie, treinta.
Treinta troncos, treinta bicicletas, treinta madres muy enojadas, treinta enfermedades, treinta mal entendidos, treinta mentiras, treinta en la camiseta, treinta en los botines, treinta.
Treinta solo, treinta ruidos, treinta versos, treinta dientes, treinta calculadoras humanas sin errores, treinta cavernas, treinta monjas, treinta lunares, treinta vuelos, treinta aterrizajes, treinta.
Treinta bares tristes y vacíos, treinta hoy’s, treinta libros, treinta púas, treinta estallidos, treinta ojeras, treinta pesos, treinta pozos, treinta pasos, treinta pisos, treinta a tres, treinta a cero.

martes, 18 de noviembre de 2008

Modo De Amar


La luna mira como el sol te ilumina
Todavía estas viva
Y eso mantiene mi sonrisa

Despeinas mis ideas
Enloqueces mis sentidos
Descolocas mi intuición

Estoy volado
Y solo me hallo en vos
Es que sos mi cable a tierra
No hay opción

Solo tu cuerpo
Es capaz de empujar
De tirarme
Y sacarme del mas allá

Solo tu voz
Calma el dolor
Y llena de emoción
A mi corazón

Como un rayo
La locura nos atravesó
Y nos grito
Que ella es el modo de nuestro amor

jueves, 30 de octubre de 2008

El Muelle Del Final


Donde termina el muelle empieza la vida,
Donde empieza el muelle empieza el final,
Y de a poco se va llegando,
Y el sol cada vez más cerca.
Sentir como quema,
Y yo tan concentrado,
Tan desanimado,
No le doy importancia.
No hay fuego que valga,
Ni lágrima que garpe,
Solo esta vida por la mitad,
Y un peldaño de felicidad.
A lo lejos,
Pero cada vez más cerca,
El sol y su fuego.
Ya los voy sintiendo,
Y solo espero
Llegar al final del muelle,
Para caer y descansar.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Desvio De Dirección


Locura reventada, flor marchita
Ojos cerrados, puños apretados
Libertad esclava, un as bajo la manga
Pura tentación...

Olor a cementerio, árbol caído
Desierto de guerra
Soldado seco y duro
Solo su uniforme...

Abrazo de tango, frente alta
Piernas cruzadas, giro incesante
Soplo en el cuello, piel erizada…

Pesadilla de trasnoche, luna llena
Primavera seca, verano de lluvia
Cuerda floja, todos al piso…

jueves, 2 de octubre de 2008

Caminando Sobre El Hilo


¿Cual es el precio de dejar pasar el amor de tu vida?
¿En que momento evolucionamos y empezamos a sentir el amor y el desamor?
¿La contención y el abandono?
¿Cual es la finalidad en nuestras vidas?
¿La felicidad? (si es que existe)
¿O vivir como se puede entre tantas otras posibilidades?
Permanecer entre la alegría y la tristeza es de persona no arriesgada
Siempre preferí llegar a la tristeza para conocerla y en cada instante de alegría reconocerlo como tal, y no como un momento más
Si me pongo hablar de preferencias quizás ni siquiera estaría acá
Frente a un monitor escribiendo pensamientos
Quizás estaría frente a un lago, solo pensando
O no, los momentos en los que no pienso también los disfruto
Aunque pasada la ocasión no me acuerde de ellos
Por eso, realmente, preferiría estar frente al lago, con mis pensamientos.

¿Y del amor de mi vida que paso?
¿Así como me olvide al pensar, me olvidare de ese amor en el tiempo?
¿Podré soportar la ausencia de tan bella presencia?
¿Podré seguir mi rumbo sabiendo que soy solo yo?
¿Estará ese amor en algún otro lugar?
¿Me tengo que encargar de buscarlo?
¿O el con el tiempo se va encargar de buscarme?
¿Debo seguir mi vida como si nada?
¿Estaré destinado a otra persona?
¿Se dará de nuevo esto en algún momento?
¿Existirá el amor de mi vida?..


¿Y de la tuya?..


viernes, 30 de mayo de 2008

Otra Paranoia


Otra paranoia. Otra vez me encontré corriendo mirando mí alrededor, girando incesantemente sobre mi eje, buscando eso que me corre y no me deja parar.
Me sofoco, me transformo, sudo y lloro.
Me agarro la cabeza, me despeino buscando respuestas, un ¿por que?
Miro al piso buscando algo, algo que me de explicaciones de mi correr, de mi andanza en este mundo, de mi mismo o de ese otro que se quedo en el pasado para no sufrir el presente.
Miro al cielo, muchos ahí encuentran una respuesta, yo solo encontré mas dudas, mas preguntas, mas ¿Por qué’s?
Creí que en vez de mirar, debía cerrar los ojos bien fuerte y tapar mis oídos y ahí si quizás en otro espacio, en otro mundo, en mi otro yo, encuentre respuestas.
Como no podía ser de otra manera, cuando abrí los ojos no había respuestas, por suerte tampoco vinieron mas preguntas, me pude mantener en stanby, sin pensar.
Una vez mas el estallido del calendario y mi locura recurrente para no bajar me hizo estar tocando el arpa en mis sueños, nada de opciones.
Nada de nada, solo yo conmigo mismo, con mis preguntas, con mis errores, con mis culpas, con mis puños tajeados, mis ojos rojos y mis lágrimas de sangre.
Extraño los años, los veranos, otoños, inviernos y primaveras que no estaba, donde no había preguntas de mas, solo las necesarias para vivir y mantener la cordura y el bienestar, donde me escapaba de los problemas del mundo simplemente viendo una mosca volar sobre mi cabeza.
¿Como es que vuelve al presente y se instala como invitada, como bienvenida, como si nada y como si todo al mismo tiempo?
Siempre me toca ahí, donde molesta, donde duele, donde hace llorar, donde a ella le gusta, donde suele jugar: con el tiempo, con la fecha, conmigo.

sábado, 26 de abril de 2008

El Beso Que Siempre Espere


Un poco de bronca, una charla y mas bronca, una despedida sin despedirnos, un viaje ido de ira, un saludo, otra charla, otra bronca, un suspiro…. Otra charla y nos calmamos un tanto, distancia, tiempo, ni noticias… Otra charla, otro teléfono, otro mensaje, otra llamada, otra noticia, LA noticia… Una mirada, risas de alto voltaje, una avenida, nudos en la panza y a saltar, un tema y otro tema va, un empujón, un abrazo, una caricia con la mirada y el salto sigue como si nada… La búsqueda del tesoro (ahí te encontré!), mas miradas y tus ojos son lápiz labial, el camión sigue y nosotros con él, sumamos miradas y llego el beso, perdón… EL beso llego y el camión pasó…

miércoles, 13 de febrero de 2008

Mis Ultimas Horas


Salí de casa a las apuradas, pensando en que no podía llegar tarde, estaba todo contado, en el viaje me venia haciendo la cabeza de cómo iba a ser todo, la despedida, el reencuentro. Pensaba en si tenia que empezar a contar las horas desde el viaje, pero no lo hice.
Fueron 6. Digo, mis últimas horas fueron 6. Pensé que podían ser más, pero quería que sean menos y ahora hubiese querido realmente que sean más.
Todo empezó con un lunes atípico porque no solo era el regreso de un fin de semana, con la emoción de volver, sino que también era la vuelta de mis vacaciones, entonces entre besos, abrazos y chistes cortos y sarcásticos empezó la mañana, el conteo inconciente (o mas bien conciente) de mis ultimas horas.
Distendido por demás hice un intento de ponerme hacer lo que tenia que hacer, pero no lo logre y obviamente la situación me llevo a tener que empezar a contar sobre mis vacaciones y averiguar por las del resto. Después de una hora y ver que hacia poco y nada, me asignaron otra tarea, y yo por dentro pensaba que era obvio que en mi despedida tenia que hacer de todo, es la idea de toda despedida, creo.
Ya que la nueva tarea no era de lo que mas me gustaba intente hacerla solamente para no irme peor de lo que estaba, pero volví a fallar, otra vez no pude responder como quizá en algún momento hubiese querido.
Con los oídos con zumbido y ya con total resignación me fui a almorzar, los rumores eran cada vez mas fuerte y en la media hora de almuerzo se hicieron notar mas todavía, era un gran revuelo, algo así como cuando en las películas se pone un helicóptero a la altura de un edificio y ese edificio son todas oficinas y vuelan hojas por todos lados, algo así digamos. Pequeñas reuniones en el comedor y el patio, todo sobre lo mismo, ya al punto de aburrirme. Después del almuerzo cuando los de la tarde ya se hicieron presentes tuvimos todos juntos una reunión, otro embole, aclarar lo que ya todos sabíamos, pero servia para lo que yo quería en ese entonces, apurar los tramites.
Volvimos y por suerte habían pasado varias horas, y el tema de las diferentes tareas no llego a mas, porque después de haber almorzado y tenido la reunión volví a lo mió, y ahí si que el tiempo voló, cuando me quise acordar de la hora ya estábamos en el break, mi ultimo break pensaba, porque según nos habían dicho los candidatos se iban ese día mismo o a lo sumo al día siguiente a la mañana, y podía apostar que todos los números los tenia yo, no había chance de nada. Ese break fue divertido, jugamos muy morbosamente con lo que iba a pasar, o mejor dicho yo jugué muy morbosamente con lo que sabia que me iba a pasar, una costumbre.
De vuelta al box, a subir las escaleras y dejar pasar los últimos 45 minutos del día, los últimos 45 minutos de esas 6 horas de las cuales vengo hablando, los mas crueles, o no, mejor vamos a dividirlo en 40 por un lado y 5 por el otro. Porque esos 40 fueron realmente muy buenos, mates, risas, chistes, poco trabajo, muy distendido aunque los oídos ya me estaban por estallar y el pulso algo temblaba.
Y tuvieron que llegar, esos 5 minutos finales, el grito de mi nombre, las miradas penetrantes de mis compañeros y mi miedo disfrazado de sonrisa, camine lento, como disfrutando el momento, y con la cabeza baja, como perro recién retado.
Entre a un cuarto y las palabras bajaban incesantes, palabras conocidas de posibles pensamientos y maquinaciones que tuve con respecto al tema, sobretodo sabiendo de quien iba a venir, siempre haciendo hincapié en eso, su poca capacidad, su poco tacto. Al lado del que puso la cara y sus pobres palabras, el indeciso, el que estaba del lado del ángel y del diablo a la vez (ángel y diablo únicamente para poner un ejemplo porque ninguno tenia nada de ninguno), ese que estaba poniendo la cara para algo, y supuse y supe por su mirada de disculpas, el corazón para otra cosa.
Un apretón de mano, un casi beso con chiste de por medio, una risa escondida y una sensación extraña. La cara de mis compañeros paso de penetrante a cara de lastima y suertudo a la vez, muy extraño todo, caras que a pesar de conocerlos hace un tiempo nunca las había visto. Estuvo quien lo tomo como quizás yo también lo había tomado, con calma y como si nada hubiese pasado, y quien lo tomo mas para la caída, quien me hizo dar cuenta de la realidad, esas personas que están para hacerte caer, esas que la experiencia las hace estar al tanto de todo enseguida, de las que saben de verdad, las que no te dan tiempo a reaccionar, las que te obligan por suerte a que no pierdas tiempo en eso en un futuro. Estaban también los que no cambian de expresión en la cara pero si la voz, ese tono de madre cuando pasa algo malo, esos que dibujan la cara para que te lo tomes bien pero con la voz de consuelo, así bajito y sereno. También pude encontrar a los colgados de siempre que al día siguiente seguro fueron y no se dieron cuenta que faltaba, que me vieron pasar irme como si nada hubiese pasado, hasta con un “chau, hasta mañana”, y ahí volví a caer, no iba haber mañana, ya estaba, ya habían pasado las 6 horas, esas que yo sabia que iban a ser 6 aunque como dije al comienzo, pensaba que iban a ser menos y ahora quisiera que hubiesen sido mas.
Finalmente pase por el sector miradas, ese ambiente con personas que siempre que pasas te miran, no se para que, pero te miran y en ese momento las miradas parecían 3 o 4 veces mas, hasta pensé que habían contratado gente para que me mire cuando me iba, ¡que delirio!
Termino esa especie de pasillo de hospital y llegue a la puerta blanca, la pase, después me obligaron a entrar a otro lado para explicarme como era el tema del adiós y para recordarme que iba a tener que volver a entrar, una especie de chiste, por fin pude salir y solo me quedaba el botón, la ultima revisada, la puerta de vidrio y la puerta de la reja, así todo rápido, y una vez afuera pude sentir la libertad, el alivio y la melancolía a la vez, todo extraño.
En la vereda de enfrente tuve la despedida, esa que intente hacer rápido ya que necesitaba estar solo, unos besos, unos abrazos, los chistes que nunca faltan, un llamado especial y ahí si, Chau.
Una vez logrado el objetivo busque en el i-pod mi grupo favorito, busque el tema que necesitaba escuchar y solo y en paz espere el estribillo y con el me fui haciendo lo que el mismo dispuso, “voy a caminar, voy a descender, el subte tomar y después veré”.

Francisco A. Cundari

viernes, 11 de enero de 2008

Esa Discusión Con Papá


Fue una tarde igual a esta, por eso me acorde, con sol, caluroso, húmedo, pesado. Yo recién llegaba del trabajo, saturado, agobiado y aunque la música me acompaño todo el viaje, sin ganas de escuchar a nadie ni nada. Me senté en el jardín a jugar con el perro, que aunque me fastidiaba cuando me rayaba, me gustaba jugar igual. En eso entra mi papá, otra vez con su sonrisa y sus muchas ganas de chistar, yo enseguida lo mire y me ataje a lo que supuse que quería hacer, mi atajo fue en vano porque lo hizo igual y ahí empezó la discusión, no era una mas, era realmente una discusión. A mi no me había ido bien en mi trabajo porque estaba arto de cosas que pasaban ahí adentro y que no podía cambiar porque no era nadie como para hacerlo, entonces descargue con el primer cable que encontré y que sabia que no daba patada, mi papá. La discusión me pasó, me pase y me fui disparado para mi habitación donde reflexione sobre las discusiones que tenia seguidamente con mi papa, aunque no nos llevábamos mal, al contrario, teníamos buena relación, él siempre intentaba integrarse a todo lo que yo hacia y yo a lo que él hacia, él con mi rugby y mi música, yo con su náutica y su arquitectura.
Y creí que justamente era eso, que nos llevábamos bien y que yo en realidad me fastidiaba con él porque quería ser como él y no podía, no lograba alcanzarlo, algo así como un ídolo alcanzable pero al cual no podía alcanzar tampoco, y mi orgullo que siempre colabora para el lado que no tiene que colaborar, y mis estallidos constantes que me hacen enojar hasta a mi mismo.
Dentro de mi reflexión entro algo con lo que aun juego en mi pensamiento, era la idea de pensar que un padre no puede saber lo que hace su hijo constantemente, por el simple hecho de estar sobre el, y que a todos nos cuesta mirar hacia abajo y mas hacia atrás, porque siempre encontramos algo que no nos gusto, algo que nos daño, o simplemente cosas que preferimos dejar atrás para no verlas, para no acordarnos, y que sin embargo mi viejo lo hace, mira hacia atrás, solamente para advertirme a mi de sus errores, o sea, que no solo lo hace sino que encima se acuerda de lo que seguramente no tiene ganas de acordarse, y solamente para decírmelo a mi, para guiarme, para que no cometa sus errores, aunque cada vez que él lo haga yo lo saque a los ladridos haciéndome el que se todo, cuando por lo menos una vez al mes (por no decir semana por medio y menos una vez por semana) digo: “uy!, de esto ya me había hablado mi viejo”, y aunque cada vez que me equivoque él mire con cara de “te tenes que equivocar, son cosas de la vida, de las cuales uno aprende”