jueves, 7 de enero de 2010

En Junglas Virtuales


Entre a la jungla del rey, rey que vio que no podía ascender más y se obligo a descender, y hoy es príncipe. Tan astuto guardo la corona, bien guardada y protegida, y a veces la saca, solo para que al perro le caiga la baba, y así disfrutar el hambre de aquel.

Increíblemente y hasta sorprendido ve que nadie toma el lugar ya vacío, y aun siendo príncipe es como un rey, la diferencia es obvia y clara, un rey no comparte nada, apenas regala las sobras como basura.

La fiera envenena a sus esclavos, otorgándoles más que una simple enfermedad, un karma que no vuelve ni castiga, adorna sus vidas con cabellos en la garganta y nunca envejece. Estos presos, hoy libres porque un príncipe no acepta esclavos, siguen alimentando al rey, palabras y anécdotas, gritos y hasta aullidos para que este gran monstruo del pasado viva en el ahora.

Después de recorrer un sinfín de espacialidades y haberse aventurado en más de un mil cavernas, no tiene tiempo que ahorrar, puede esperar sentado a la eternidad sin cansarse ni llorar.

La jungla se lleno de luces, comechigones, tehuelches y muchos mas se mueven sin saber, hasta las hormigas bailan y la araña libero a la mosca.

Con un biombo se cubre del bufón que le falta y por si hace falta tiene uno mas, se mira en el espejo que lo hace mas grande, tiene miedo de perder tamaño y quiere ser rey otra vez.

Tangos rockeros, rocks bluseados, reggeas agitados. El vaso del otro es chico para él, tienen fondo y eso no le gusta, no le gusta a él.

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